Escribir para Guild Wars 2 requiere un enorme esfuerzo colaborativo, y en ocasiones esa colaboración trasciende la suma de sus partes. A veces un personaje adquiere vida propia y nosotros, los humildes cronistas de la vida y los tiempos de ese personaje, nos vemos tan recompensados (y sorprendidos) como el público cuando vemos dónde termina.
El caso que nos atañe: el desventurado y a menudo explotado gólem del Consorcio, que tenía un propósito bien definido hasta que las circunstancias de la vida lo obligaron a dar un giro en su carrera profesional. Señoras y señores, en nombre del equipo de guionistas de Guild Wars 2, os presentamos a: ¡Trabajotrón!
Primera parte: gestación de la idea
El guionista jefe Bobby Stein, tras una reunión de equipo en la que hablamos sobre la actualización El secreto del Sol Austral, opinó descaradamente que debería haber un empleado gólem encargado de intimidar a los colonos descontentos para que trabajaran para el Consorcio. Sugirió la frase “¡Búscate un trabajo!”.
Y la máquina se puso en marcha…
Segunda parte: Trabajotrón
Tomé la idea de Bobby y empecé a darle vueltas: un “consejero” de trabajo abusivo contratado por el Consorcio con el propósito expreso de obligar a los colonos a apuntarse a un empleo remunerado, como lo definió el Consorcio (en otras palabras, con el Consorcio). Decidí que este gólem sería el proyecto de mascota del subdirector Noll y, por lo tanto, reflejaría la quisquillosa impaciencia de Noll ante cualquier cosa que pudiera obstaculizar sus planes en la Cala del Sol Austral (y que le impidiera ascender dentro del Consorcio).
Dato curioso: el actor de doblaje en inglés de Noll y de Mendigotrón es el mismo, Yuri Lowenthal. Jugamos con la idea de hacer que Mendigotrón hablara con la voz de Noll, procesada para que sonara más mecánica, tipo gólem, pero al final decidimos que era más divertido que Noll tuviera una voz diferente para cuando hablaran entre ellos. Programado para menospreciar, intimidar y chulear a los desventurados colonos de la Cala del Sol Austral, sabía que convertir a Trabajotrón en un ser realmente despreciable entrañaba un riesgo…, así que decidí aferrarme a esa idea y sacarle el máximo partido.
La salvación para Trabajotrón (si es que existe tal cosa) es el desenlace de su historia: cuando se descubre que, porque los colonos han sido liberados de sus contratos de residencia opresivos, Trabajotrón sin queda sin trabajo. En un amargo alarde de justicia poética, se da cuenta de que ahora es el tipo de persona que fue creada y programada para el abuso. Esto resulta ser demasiado para la serie de sinapsis magitécnicas que tienen lugar en su cerebro y se viene abajo. Deprimido, pero finalmente aceptando su triste suerte en la vida, Mendigotrón abraza su espiral descendente, se equipa con sus accesorios adecuados y se dispone a recorrer el mundo en busca de un nuevo propósito y una nueva fuente de ingresos.
Tercera parte: Mendigotrón
Mientras el equipo del mundo viviente de agosto proponía ideas para el contenido que queríamos estrenar, el guionista Peter Fries y yo coincidimos en que queríamos mostrar a los jugadores qué había sido de Trabajotrón. Trabajotrón, cuyo nombre reflejaba literalmente su ocupación, había perdido su puesto en el Consorcio y se tenía que cambiar el nombre para reflejar sus perspectivas laborales actuales (por escasas que fueran esas perspectivas; no hay mucho mercado para el conjunto de destrezas “trata mordazmente y con condescendencia a los que estén pasando un mal momento”) e intentaría sacar provecho de la multitud y las oportunidades en el aniversario de la reina en Linde de la Divinidad. A sabiendas de que nuestra creación compartida estaba en buenas manos, pasé las riendas del recién rebautizado Mendigotrón a Peter y di un paso atrás para ver trabajar a mi colega.
Diario del guionista: Peter Fries nos explica cómo fue escribir sobre Mendigotrón
Me encantó la idea de un gólem sin oficio ni beneficio, decidido a reinventarse y reafirmar su potencial de ganancias. El antiguo Trabajotrón se dejó llevar por la marea de artistas callejeros y vendedores ambulantes de la capital krytense, ansiosos de sacarles los cuartos a los asistentes a la celebración del aniversario de la reina Jennah. Vi una oportunidad para hacer que nuestro gólem mostrara un resquicio de humanidad, y visualicé una patética guerra territorial entre músicos callejeros por un trozo de acera en el exterior del nuevo Pabellón de la Corona.
Así es como Mendigotrón conoció a Marcello Di Giacomo, un juglar indigente (a quien pone la voz Sam Riegel) que no renunciará a su ambición artística, a pesar de que solo le ha reportado miseria. El gólem comenzó a grabar y a reproducir la música del artista callejero para ver si le echaban algunas monedas a él, lo cual desató la bien merecida ira del juglar. Obviamente, Mendigotrón pensó que entablarían amistad rápido, a pesar de que el juglar trató en vano de espantarlo.
Dato curioso: los actores de doblaje en inglés Sam Riegel (Marcello) y Yuri Lowenthal (Mendigotrón) son buenos amigos en la vida real, así que cuando les dijimos en el estudio que tenían que discutir en estas escenas, ambos esbozaron sonrisas malvadas y dijeron palabras del estilo de: “Eso es todo lo que necesitaba saber”.
Le pedí a Maclaine Diemer que compusiera e interpretara algunas canciones para Marcello, que también se convirtieron en canciones de Mendigotrón después de que el personaje se las birlara (y después de algo de postprocesamiento por parte de nuestro equipo de sonido). Anthony Ordon hizo un trabajo magistral escribiendo sus diálogos para que periódicamente, cuando el serafín de la zona echara a los músicos callejeros sin licencia, los dos se alejaran ligeramente para luego volver y colocar su puesto de nuevo. En mitad de todo esto, acurrucado solo bajo un puente, Marcello gemiría: “Ojalá me muera pronto”.
Como no estaba preparado para ver desaparecer a esta singular pareja tras la aparición de Scarlet que puso fin bruscamente a las celebraciones, hice que algunos de sus matones Filoetéreos los tomaran como rehenes durante el ataque. En la estrafalaria guarida donde se estableció Scarlet en el pabellón, el juglar y el gólem fueron obligados a reproducir el tema musical de la supervillana una y otra vez, mientras intercambiaban súplicas como: “¡Piedad! Matad primero a ese asqueroso gólem” y “Preferiría—ser—utilizado—como—gólem—de—sparring”.
Peter Fries
Cuarta parte: Jo-jo-Trón
Mendigotrón y el juglar Marcello fueron solo dos de las muchas víctimas de Scarlet, y salieron relativamente indemnes (ambos con vida, intactos y sin haber sido obligados a desfilar en bañador rojo). El equipo de guionistas decidió que su “colaboración” con Scarlet no pasara desapercibida para las otras víctimas dentro del Pabellón de la Corona o para el serafín, por lo que al poco tiempo ambos músicos callejeros tuvieron que enfrentarse a un tribunal de Linde de la Divinidad acusados de haber entretenido a la villana que bombardeó la celebración de la reina y convirtió a los caballeros mecánicos de Jenna en temibles monstruos retorcidos. Aunque lograron librarse de acabar entre rejas, se vieron obligados a hacer trabajos de caridad para el Día Invernal y pagar así sus condenas.
Os dejamos con el guionista John Ryan, que tomó el relevo de Peter y escribió otro capítulo sobre el conflicto entre Mendigotrón y el juglar con un claro toque del Día Invernal. Adelante, John.
Diario del guionista: John Ryan nos explica cómo fue escribir sobre Jo-jo-Trón
Había sido un año difícil en Tyria, y el Día Invernal debía ser una vía de escape alegre, así que cuando el equipo del Día Invernal comenzó a prepararse para traer de vuelta la celebración, quise añadir algo apropiadamente festivo y divertido a la actualización.
Quería recuperar tanto al juglar (el querido Marcello Di Giacomo) como a Mendigotrón, ya que ambos encajaban en el tono cómico del Día Invernal que estaba buscando. Pero ¿por qué iban a estar allí? ¿Y por qué juntos? La última vez, acabaron riñendo y discutiendo, incluso en las garras de Scarlet. ¿Qué hay en Tyria que pueda traerlos de vuelta?
Algo en mi cerebro gritó: “¡Trabajos a la comunidad!”, y no podía parar de reír. La idea de ver a este par de desafortunados y torpes inadaptados siendo culpados y castigados por las travesuras de Scarlet era muy atractiva. Estarían atrapados en Arco del León, pidiendo donativos, pero no para ellos, como la última vez, sino para los afectados por el desmadre de Scarlet.
Lo que más me gustó de escribir sobre Jo-jo-Trón es que no es noble, no es valiente, no es un siervo compañero mecánico de fiar, como los demás gólems de Tyria. Es un robot astuto y cobarde que fue construido (y luego despedido) por una malvada corporación. Es un autómata con mala racha estancado en un trabajo con un estúpido sin talento porque no le queda otra, durante unas fiestas que no significan nada para él.
John Ryan
Quinta parte: el futuro
No sabemos exactamente dónde irá a parar nuestro intrépido gólem buscaempleo, pero cuando concretemos los detalles, los compartiremos con nuestros jugadores. Mientras haya un trabajo que hacer (que pueda llevar a cabo un gólem con mala racha y pocas habilidades prácticas), podemos asegurar que Trabajo/Mendigo/Jo-jo-Trón estará allí.